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El negocio de embotellar agua

El negocio del agua embotellada es una gran negocio a nivel mundial, en esta ocasión no tocaremos el asunto de México donde Ciel de Coca Cola, Bonafont de Nestlé y cientos de marcas locales venden cantidades exhorbitantes, superando en valor litro a litro al de la gasolina o diesel.

Mencionaremos la importancia del negocio para Nestlé en los Estados Unidos donde controla las marcas Arrowhead, Pure Life, Poland Springs, Perrier y San Pellegrino y otras más, superando en ventas a sus rivales Coca Cola y Pepsico juntas.

El gigante suizo de los alimentos se está enfrentando a dos problemas -graves- en ese país, por un lado los ecologistas que rechazan que la transnacional siga explotando más manantiales y por otro el consumidor que afectado por la reciente crisis económica está migrando a consumir marcas más económicas, como la marca propia de muchos establecimientos o simple y sencillamente consumir agua de la llave, el público ya se dio cuenta que el agua embotellada no tiene mejores propiedades que el agua que sale del grifo y que al final del día se está contaminando demasiado con el plástico utilizado.

La nota en The Wall Street Journal es muy interesante y transcribo parte de esta:

«Cerca de 80% del agua mineral de Nestlé proviene de manantiales, mientras que el resto es municipal purificada. Las marcas de agua de Coca-Cola y PepsiCo en gran parte son de fuentes municipales purificadas. Encontrar el manantial adecuado para el agua embotellada no es una tarea fácil.

El transporte de agua es costoso, por lo que la fuente debe estar relativamente cerca de grandes mercados, pero lo suficientemente lejos para protegerla de contaminantes urbanos. El manantial debe tener capacidad de sobra para que valga la pena construir una planta embotelladora cerca y el agua necesita tener el equilibrio perfecto de minerales para que tenga un buen sabor.

El trabajo se ha vuelto más difícil a medida que Nestlé trata de reducir costos y emisiones de carbono al disminuir las distancias que recorren sus camiones. La empresa ha reducido los kilómetros promedio que requiere cada envío en cerca de 15% desde 2007. Nueve de cada 10 manantiales potenciales resultan inadecuados, dice Dave Palais, un gerente de recursos de Nestlé«.

Hace muchos años algún político importante señaló que las guerras del futuro no serían por el petróleo sino por el agua, al menos las guerras comerciales ya son evidentes.

No resistí la tentación de mencionar el tema que en las ciudades mexicanas los empleados municipales no hacen bien su trabajo, no les interesa por lo general ofrecer agua de la llave que podamos tomar, esto le hace el juego a los empresarios. No es tema de campaña de ningún político, siendo que debería ser primordial por un lado proteger nuestra economía familiar y por otro cuidar el medio ambiente, en su lugar se llevan gastando el dinero de los impuestos en bobería y media y corruptelas completas. En Tijuana el agua de la llave por lo general sabe a cloro, y en Ensenada sabe salada, ¿que necesitamos los mexicanos para ser tan dejados?


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